“Lo cierto es que si cada individuo cogiese y llevase a t\u00e9rmino lo bueno de que fuese capaz y lo aportase al inter\u00e9s com\u00fan de la patria, las ciudades experimentar\u00edan menos desgracias y en lo restante alcanzar\u00edan la prosperidad”.<\/p>\n

\u00abLas Fenicias\u00bb, Eur\u00edpides, 411 A.C.<\/p>\n<\/blockquote>\n

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Vivimos tiempos en los que aquellos principios que orientaron la llamada “Urban\u00edstica Reformista” est\u00e1n cayendo en desuso, dando paso, precisamente, a pr\u00e1cticas pol\u00edtico-administrativas contra las que aquella se enfrent\u00f3. Se puede decir que asistimos a una aut\u00e9ntica “contrarreforma” que est\u00e1 desterrando presupuestos urban\u00edsticos nacidos al amparo de la racionalidad que se fue gestando, all\u00e1 por los a\u00f1os 60, en primer lugar, en Italia, para extenderse, m\u00e1s tarde, por el resto de Europa, sobre todo en Espa\u00f1a. Nos referimos, entre otras, a las aportaciones que, en este sentido, se enmarcaban en el quehacer urban\u00edstico, tanto en su vertiente de proyecto como en el puramente administrativo, que desarroll\u00f3 Campos Venuti desde sus implicaciones con las administraciones municipales de la Emilia Romagna.<\/p>\n

Los principios de la Urban\u00edstica Reformista se han expuesto y verificado en m\u00faltiples ocasiones, siendo el denominador com\u00fan de todos ellos el hecho de plantear un desarrollo urbano equilibrado, procurando alternativas reales al “modelo urbano de la renta del suelo”, que supusiesen el establecimiento de una igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, igualdad que se materializar\u00eda en un acceso universal a los servicios urbanos. Para ello, tendr\u00edan que realizarse, al menos, dos condiciones: la disponibilidad de suelo p\u00fablico donde localizarlos y materializarlos, ya sea por cesi\u00f3n del mismo como una parte al\u00edcuota a retraer de aquellas propiedades privadas que se benefician de las decisiones tomadas por las administraciones municipales en materia de urbanizaci\u00f3n, o por decisi\u00f3n expropiatoria. Se trata, en suma, de garantizar lo p\u00fablico en la ciudad, estableciendo, para ello, las responsabilidades en las que deben incurrir tanto las administraciones municipales como los agentes urbanos privados.<\/p>\n

Recordemos, en este sentido, la pol\u00e9mica que mantuvo Campos Venuti con determinadas formaciones pol\u00edticas de izquierda en el marco de la redacci\u00f3n del \u00faltimo plan para la ciudad de Roma. En un alegato enviado al Alcalde de esta ciudad, all\u00e1 por el a\u00f1o 2003, titulado \u00abEvitar la Contrarreforma Urban\u00edstica para el Plan Regulador de Roma\u00bb, Campos Venuti arremet\u00eda contra los que hacen del procedimiento de la expropiaci\u00f3n el instrumento, por excelencia, del que debe servirse la gesti\u00f3n del Plan.<\/p>\n

La pol\u00e9mica est\u00e1 servida, y con ella uno de los asuntos planteados en la secci\u00f3n monogr\u00e1fica de este n\u00famero de \u00abCiudades\u00bb: \u00bfes la propiedad del suelo, ostentada por el municipio mediante la pr\u00e1ctica de la expropiaci\u00f3n, la que garantiza la puesta en marcha de pol\u00edticas urbanas tendentes a impulsar lo p\u00fablico en la ciudad? \u00bfSe puede asegurar dicha garant\u00eda por aquellos otros procedimientos que encauzan dicha disponibilidad a trav\u00e9s de las cesiones obligatorias provenientes de los agentes urbanizadores, ya sean propietarios o promotores? Independientemente de uno u otro procedimiento de gesti\u00f3n, lo que debe quedar claro es la actitud frente a las formas de proceder para que se haga cumplir esa equidad que debe caracterizar a la Urban\u00edstica Reformista.<\/p>\n

Para Campos Venuti, en efecto, apoyar la expropiaci\u00f3n significar\u00eda aceptar sus efectos paralizadores, ya que para proceder a la misma habr\u00eda que contar con unos presupuestos dif\u00edciles de gestionar, en la situaci\u00f3n econ\u00f3mica actual, por parte de los municipios. La alternativa es recurrir a otros procedimientos que impliquen hacer pesar sobre las espaldas de los propietarios-promotores-financiadores la obtenci\u00f3n del suelo necesario para garantizar la localizaci\u00f3n y materializaci\u00f3n de lo p\u00fablico en la ciudad, de las infraestructuras y servicios. Los ide\u00f3logos contra-reformistas, como argumenta Campos Venuti, han olvidado, quiz\u00e1, que no es tanto la disponibilidad de \u00e1reas edificables, sino, sobre todo, la demanda solvente de viviendas, u oficinas, lo que debe regular la producci\u00f3n edificatoria. Lo que implica que la primera garant\u00eda que hoy un Plan debe proporcionar, por tanto, est\u00e1 representada por la cualidad de las intervenciones a realizar: es decir, el verde, servicios y accesibilidad.<\/p>\n

La cuesti\u00f3n que se plantea, por tanto, es la opci\u00f3n del “plan cerrado”, en el que se establecen las expropiaciones a realizar para proceder a la materializaci\u00f3n espacial de los servicios e infraestructuras p\u00fabicas, supeditando dichas acciones a la disponibilidad de fondos econ\u00f3micos, asegurando, eso s\u00ed, una estrategia de futuro, o proceder a racionalizar una demanda de suelo, derivada de necesidades reales de viviendas, oficinas, etc., suelo al que se le aplicar\u00edan las cesiones obligatorias correspondientes. La tesis que mantiene Campos Venuti, es que este “plan cerrado” no hubiera producido una ciudad mejor reduciendo, por ejemplo, la producci\u00f3n edificatoria. Al contrario, de ello hubiese surgido una ciudad peor, con la misma cantidad de producci\u00f3n edificatoria, determinada por el mercado privado y por las modestas intervenciones p\u00fablicas, pero sin los servicios indispensables, dada la imposibilidad de expropiar las \u00e1reas necesarias para su localizaci\u00f3n y materializaci\u00f3n. Llegar\u00edamos a la paradoja de contar con un “capital urbano”, gracias al plan elaborado por una entidad p\u00fablica, totalmente dominado por la “renta urbana”, mientras la componente productiva de las operaciones inmobiliarias resultar\u00eda infructuosa.<\/p>\n

El monogr\u00e1fico de \u00abCiudades\u00bb se ha planteado hacia el debate sobre aquellos presupuestos que est\u00e1n en la base del modo de proceder al desarrollo planificado de la ciudad actual, presupuestos que est\u00e1n apostando, en general, por una gesti\u00f3n privada, reduciendo cesiones obligatorias, incluso, eludi\u00e9ndolas. C\u00f3mo se est\u00e1 procediendo, en suma, a la construcci\u00f3n de ambientes urbanos privados, con lo que se eluden responsabilidades por parte de quienes se benefician de los planes y programas urban\u00edsticos puestos en marcha por las administraciones p\u00fablicas. Presupuestos que no dudan en fortalecer el modelo de la “renta del suelo”, concibiendo el desarrollo urbano como un proceso que s\u00f3lo reconoce el beneficio privado que se deriva de una acci\u00f3n urbanizadora, ya se trate de nuevas producciones de suelo residencial o de aquellas actuaciones que se emprenden con objetivos “regeneradores”, “rehabilitadores”, o simples, aunque rotundas, “renovaciones urbanas”. Y todo esto, con la mirada puesta en un tipo de ciudad cada vez m\u00e1s enfocado como una entidad privada, ausente de espacios p\u00fablico-colectivos y de servicios cuya utilizaci\u00f3n se realice en r\u00e9gimen de libertad. \u00a1Pagar por lo p\u00fablico! He ah\u00ed la gran contradicci\u00f3n que hoy nos asiste como ciudadanos.<\/p>\n

Esta nueva actitud, como se puede imaginar, constituye la expresi\u00f3n urbana de la nueva formaci\u00f3n social en construcci\u00f3n que nos asiste, formaci\u00f3n social caracterizada por su apuesta por un nuevo orden basado en una violenta desposesi\u00f3n de los derechos p\u00fablicos. Pi\u00e9nsense, en este sentido, las repercusiones que un “modelo social” semejante despliega a la hora de proceder a un proyecto de ciudad.<\/p>\n

Estos presupuestos, el discurso que los anima, pueden proceder de posiciones administrativas, de los pol\u00edticos, de los ense\u00f1antes, de los profesionales del urbanismo, de los legisladores, de los propietarios, de los fil\u00f3sofos, de los financieros, economistas, etc., asumiendo, todos ellos, un discurso ideol\u00f3gico que construyen desde su posici\u00f3n como colectivos sociales, como clases hegem\u00f3nicas, como grupos de poder, discurso cuyo objetivo es que sea asumido por la gran mayor\u00eda, \u00fanica manera de reproducir la formaci\u00f3n social en construcci\u00f3n. De toda esta diversidad de opiniones, en efecto, se decanta, al final, una forma de pensar la ciudad que irradia, en estos momentos, una actitud oportunista que la presenta como algo que tiene que dejar de ser un bien colectivo, un organismo ajeno a la generaci\u00f3n de beneficios sociales, para embarcarse en el m\u00e1s depurado camino que est\u00e1 desembocando en su privatizaci\u00f3n.<\/p>\n

Los art\u00edculos del monogr\u00e1fico contienen an\u00e1lisis cr\u00edticos que hacen referencia a posiciones te\u00f3ricas al respecto; a planes en los que se contemplan alternativas que realizan los objetivos de esta Urban\u00edstica Contra-reformista; a c\u00f3mo se est\u00e1 mostrando el modelo urbano de la “renta del suelo”; a las razones que asisten a un modelo semejante; a las consecuencias que pueden derivarse de esta ciudad-privada en construcci\u00f3n; y a trabajos en los que se expresan con libertad y rigor otras cuestiones que ayudan a comprender los caminos por los que est\u00e1 discurriendo la ciudad que margina y excluye, la ciudad que reniega de lo p\u00fablico, la contra-ciudad como nuevo marco donde desarrollar nuestras vidas.<\/p>\n

En esta ocasi\u00f3n, hemos cre\u00eddo muy oportuno hacer coincidir el Editorial de la revista \u00abCiudades\u00bb, con un texto escrito por Giuseppe Campos Venuti, all\u00e1 por el a\u00f1o 2003, cuando el Plan Reformista de Roma, al que \u00e9l contribuy\u00f3, estaba adoptando, por la razones que expone, aptitudes contra-reformistas. Campos Venuti insiste, sobre todo, en dos cuestiones: en la imposibilidad de la expropiaci\u00f3n sistem\u00e1tica, como instrumento prioritario para desarrollar el Plan, y en la orientaci\u00f3n de \u00e9ste hacia consideraciones estructurales que permitan su concepci\u00f3n como un Plan que elimine expectativas a la “renta urbana”, elabor\u00e1ndose como un Plan abierto, lejos de configuraciones caducas y sobrepasadas, aquellas que lo presentaban como un documento cerrado y sometido a determinaciones inamovibles.<\/p>\n