El proyecto INTENSSS-PA en Castilla y León: una experiencia de planificación energética y espacial sostenible e integrada
INTENSSS-PA Castilla y León
ÍNDICE
Prefacio
El proyecto INTENSSS-PA: un enfoque integrado de la planificación energética y espacial dirigido a las administraciones públicas
planteamiento y financiación
socios
objetivos y desarrollo
INTENSSS-PA en Castilla y León: fases de trabajo y actividades desarrolladas
establecimiento del RLL-CyL
definición del objeto del plan
elaboración del plan
Bases para la planificación energética y espacial sostenible e integrada en Castilla y León
contexto regional
diagnóstico
marco de referencia
Directrices para el desarrollo sostenible y la gestión integrada de redes urbanas de calor en Castilla y León
visión estratégica
presentación
despliegue y seguimiento
fichas
Aprendiendo de León Norte: la transición energética como desafío de planificación urbana
estructura urbana
morfología urbana y necesidades de regeneración
oportunidades y dificultades para una red de calor
INTENSSS-PA (A systematic approach for INspiring & Training Energy-Spatial-Socioeconomic Sustainability to Public Authorities) es un proyecto de investigación financiado por la Comisión Europea dentro del Programa Marco Horizonte 2020 cuyo objetivo es impulsar la integración entre la planificación energética y la planificación espacial, al considerar que ello supone una contribución clave para la consecución de los objetivos de sostenibilidad energética en la Unión Europea.
Para ello, INTENSSS-PA ha planteado un proceso de capacitación dirigido a las Admistraciones Públicas, basado en la puesta en marcha en cada uno de los siete países participantes de un Regional Living Lab, un método innovador de diseño y toma de decisiones. A través de la participación creativa de todos los agentes relevantes en la planificación energética y espacial y de los actores más representativos de su contexto social y económico, se ha elaborado un plan de energía sostenible e integrado en una región o municipio de cada uno de los siete países involucrados en el proyecto.
En España, el Regional Living Lab ha sido coordinado por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León con el apoyo del Instituto Universitario de Urbanística de la Universidad de Valladolid, y el plan de energía sostenible e integrado se ha traducido en unas Directrices para el desarrollo sostenible y la gestión integrada de redes urbanas de calor en Castilla y León.
INTENSSS-PA es un proyecto de investigación patrocinado por la Unión Europea en el marco del Programa HORIZON 2020 (Programa marco de investigación e innovación 2014-2020).
En España, el proyecto ha sido desarrollado por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León y el Instituto de Urbanística de la Universidad de Valladolid. Los demás socios son gobiernos locales e instituciones de investigación de otros seis países (Italia, Dinamarca, Eslovenia, Grecia, Letonia y los Países Bajos).
El objetivo general del proyecto es potenciar la capacidad de las administraciones públicas para diseñar, planificar e implementar políticas sostenibles sobre el uso de la energía, integrándolas en el marco de la planificación urbanística. De hecho, el título del proyecto es el acrónimo de una expresión en inglés que se traduce: “Un enfoque sistemático para concienciar y formar a las autoridades públicas en la integración sostenible de la energía en la planificación”.
Este objetivo general se ha ido adaptando a las circunstancias y necesidades específicas de cada región. En Castilla y León nos interesaba en particular cómo ayudar a las administraciones a integrar las cuestiones y problemas sobre el uso de la energía en el planeamiento urbanístico y en la ordenación del territorio.
La metodología del proyecto conllevaba la utilización del concepto Living Lab, como entorno innovador de co-creación en el que participaran instituciones públicas, empresas, asociaciones de la sociedad civil y colegios profesionales. Se creó así el Regional Living Lab de Castilla y León, en paralelo con otros en las demás regiones involucradas en el proyecto.
Implicando a las administraciones y a los demás agentes públicos y privados relacionados con la energía y la planificación urbana, cada Regional Living Lab se ha centrado en diseñar una concepción compartida de la planificación energética sostenible e integrada. Y en aplicarla mediante planes de energía sostenible, uno para cada región.
En Castilla y León, esta metodología generó pronto singularidades destacadas, como el apoyo a la generación de energía mediante el uso de la biomasa producida en nuestros bosques, lo que puede constituir una fuente de empleo en el medio rural de gran eficacia dentro de la estrategia demográfica regional.
Al mismo tiempo descubrimos múltiples iniciativas a nivel local en las que la biomasa, más allá de su uso en edificios aislados, se concibe como fuente de energía para redes urbanas de calor, una forma de proveer calefacción y agua caliente común en la Europa no mediterránea, pero extraña a nuestras costumbres. Cuando lo cierto es que las redes urbanas de calor son eficientes en el consumo de energía (al centralizar la producción térmica), muestran un gran potencial de despliegue en actuaciones de regeneración urbana, y son fácilmente alimentables con biomasa, aprovechando así recursos locales e impulsando el desarrollo del medio rural.
Pero esas iniciativas para desarrollar redes urbanas de calor se están enfrentando a múltiples dificultades, que se presentan además de forma heterogénea en el territorio: en algunas ciudades se plantean problemas administrativos o de encaje normativo; en otras, dificultades técnicas; y en algunas, rechazo social fundado en el desconocimiento.
Con todos estos elementos, en Castilla y León el proyecto INTENSSS-PA se ha materializado en unas “Directrices para el desarrollo sostenible y la gestión integrada de redes urbanas de calor” cuyo resultado final presentamos en esta edición: unas directrices para contribuir al despliegue de las iniciativas de producción y consumo de energía renovable producida en Castilla y León, en el marco de las políticas urbanas locales.
En el fondo, se trata de que entendamos que la energía (su producción, su transporte, su uso) no es algo ajeno, sino completamente imbricado en las decisiones sobre el futuro de nuestras ciudades y sobre la calidad de vida de los castellanos y leoneses.
Ángel María Marinero Peral
Director General de Vivienda, Arquitectura y Urbanismo de la Junta de Castilla y León
Director de INTENSSS-PA Castilla y León por parte de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León
Hacia una planificación urbana comprometida con la transición energética
El ideario del desarrollo sostenible, a la vez que se ha ido consolidando universalmente, ha facilitado un amplio debate sobre las ciudades y sobre su futuro. Más allá de críticas radicales que consideran el concepto mismo de “desarrollo sostenible” como un oxímoron inútil para resolver los problemas del planeta Tierra, y sin pretender cuestionar los modelos de civilización dominantes en su raíz, es evidente que desde que se difunde el Informe Brundtland en 1987 y se aspira a fomentar un “futuro común” han ocurrido muchas cosas positivas.
La idea misma de sostenibilidad, en sus dimensiones medioambientales, económicas y sociales, ha permitido un reenfoque global del urbanismo y ha puesto en marcha políticas urbanísticas y estrategias de planificación urbana totalmente diferentes. Sin embargo, la cuestión sigue estando en la eficiencia y magnitud de los cambios, en la capacidad real que tienen las nuevas prácticas para superar su condición de proyectos piloto y alcanzar al conjunto de las acciones urbanísticas, en la capacidad que se está teniendo para alterar modelos insostenibles y reconducir la lucha contra el Cambio Climático del terreno experimental a la rutina cotidiana.
En este sentido, 2016 fue un buen año. Por un lado, la cumbre de UN Habitat III en Quito reorienta la Agenda Urbana que impulsan las Naciones Unidas introduciendo como motivo central el “Derecho a la Ciudad”, no solo parafraseando a Henri Lefebvre, sino buscando también en la ciudad una fuente de solución a los problemas. Las ciudades actuales son grandes generadoras de contaminación ambiental y malestar social, pero ellas mismas son su alternativa, transformándose poco a poco en espacios más habitables, mejor relacionados con el medio ambiente y más justos. Sin duda, el esfuerzo que queda pendiente es inmenso.
También en 2016 se lanza, a través del Pacto de Ámsterdam, la Agenda Urbana Europea. En este caso se trata de la primera, diferente de las Estrategias o Agendas Territoriales de la Unión Europea, afín a compromisos como la carta de Leipzig sobre Ciudades Europeas Sostenibles de 2007, y superando el vacío competencial de la propia Unión Europea en asuntos de políticas locales. Un simple vistazo a las líneas de acción prioritaria en las que se materializa la Agenda demuestra sus diferencias con las propuestas de UN Habitat III, compartiendo sin embargo sus fundamentos sociales y su orientación a la lucha contra el Cambio Climático. Sin embargo, la prevalencia de temas como la economía circular, la adaptación al clima, incluyendo las soluciones de infraestructura verde, y la transición digital hablan en un lenguaje diferente, más concreto y sofisticado si cabe, propio del primer mundo donde la atención a la pobreza urbana o a los refugiados son asuntos prioritarios pero no condicionan absolutamente el perfil de la agenda. En el primer mundo hay un nivel de riqueza que soporta un modelo de desarrollo sin duda privilegiado y que, más allá de los problemas, permite dar pasos que son imposibles en los países menos ricos. Y sin embargo en estos países (y ciudades), desde Curitiba a Medellín, de Mumbai a Kuala Lumpur, descubrimos experiencias urbanas ejemplares.
Uno de los temas prioritarios de la Agenda Urbana Europea es la transición energética, profundamente relacionado con otros temas como el del impulso de soluciones urbanas fundadas en la naturaleza, la economía circular, la movilidad urbana y las estrategias de adaptación al clima. No se trata solo, como es evidente, del impulso de energías renovables, sino de la reducción de la demanda, del uso inteligente de los recursos disponibles y del avance hacia un modelo urbano menos agresivo con el medio, en sentido amplio, desde la contaminación al uso del suelo. Temas como el de la movilidad urbana o el del modelo que orienta en la ciudad todo su sistema construido (edificaciones e infraestructuras) son claves si se aspira a dotar a la denominada “transición energética” de un soporte que la haga creíble y viable.
En este sentido son significativos los temas de la Agenda que se vinculan con urgencia a las metas de la Estrategia EU 2020, con su lema de impulso de un crecimiento “Smart, Sustainable & Inclusive”. Se sigue hablando de crecimiento ante la evidencia de un modelo económico que no sabe generar riqueza sin el impulso expansivo, y se introducen factores que unos interpretan como simples conectores y otros como claves del nuevo modelo. En este contexto actúa el programa marco de investigación en Europa, el Horizonte 2020, con un énfasis extraordinario en el desarrollo científico que puede soportar el cambio tecnológico necesario para que los grandes objetivos mantengan su credibilidad, con o sin un vuelco total del modelo vigente, aunque sin abandonarse al catastrofismo.
Para los que como yo somos urbanistas, todo ello supone moverse en terrenos muy resbaladizos, de gran atractivo porque las ciudades y lo urbano necesitan ser pensados desde una constante innovadora y creativa, pero inmersos en gran cantidad de contradicciones. Estamos en un contexto en el que se habla mucho y se actúa relativamente poco. Pensemos que en el programa H2020 temas como el de la energía o los nuevos materiales son omnipresentes, aunque no hay una línea específica orientada a las ciudades. Y si esta existe, lo hace bajo el paradigma “Smart” y sus variaciones de “Smart economy, Smart people, Smart mobility, Smart environment, Smart governance & Smart living” (ver “Mapping Smart Cities in the EU”, 2014), una letanía que más que dar alas a la transición digital, también presente en la Agenda, parece un listado de deseos para redefinir la isla de Utopía. Y es que lo smart tiene el mayor apoyo en relación con las ciudades, pero con una deriva infraestructural o de servicios de perfil privatizador y no bien resuelta en sus beneficios al ciudadano. La verdadera transición digital, en paralelo a la energética, debe construirse de una manera diferente si se quiere que los ciudadanos cambien su mentalidad y su estilo de vida y se comprometan a impulsar un nuevo modelo de desarrollo.
Inmersos en este río revuelto de ideas y contrastes, el proyecto INTENSSS-PA se plantea como un pequeño grano de arena que facilite esta transición energética desde la relación que existe entre planificación espacial y planificación energética, buscando cómo dotar de herramientas institucionales al cambio necesario, herramientas que sean capaces de formar y de reorientar políticas y actitudes. La metodología del Living Lab se revela útil porque son muchas las instituciones y agentes implicados. Hablamos, al fin y al cabo, de modelo urbano (en sentido amplio, también de modelo territorial) y de modelo energético en el camino hacia un futuro más sostenible. No se trata de eludir las dificultades sino de todo lo contrario, de hacerlas evidentes y describir sus circunstancias.
En el caso de España, y en particular de Castilla y León, un territorio de ciudades medias y pequeñas, con amplios espacios rurales, nos encontramos quizás en un punto de no retorno. En primer lugar, la crisis inmobiliaria ha acentuado la necesidad de un cambio de modelo urbano capaz de pensar más en la mejora sistémica de la ciudad existente que en el crecimiento abusivo. No en vano la regeneración urbana se ha consolidado en la principal estrategia de la política urbanística, aunque permanezca todavía inédita a gran escala. En segundo lugar, los cambios económicos globales afectan de manera muy particular a los territorios de menor peso demográfico, las ciudades pequeñas y los espacios rurales, que a pesar de su diversidad y riqueza patrimonial corren el riesgo de perder definitivamente el tren de la sociedad del conocimiento, inmersos en un modelo económico y cultural que se beneficia de la acumulación y densidad de talento y de los recursos propios de las grandes áreas urbanas. No puede sin más olvidarse todo esto y, más allá de lamentarse, lo que es imprescindible es el impulso innovador y creativo.
Aquí tanto la energía como el territorio, enfatizando su carácter y potencialidades, son campos cargados de contenido y de posibles objetivos. Tanto la energía como el territorio y las ciudades necesitan de una planificación diferente comprometida con los objetivos de sostenibilidad desde sus propios perfiles.
Fruto del diálogo productivo que se ha generado en el Living Lab, el proyecto INTENSSS-PA se ha concretado en Castilla y León en unas directrices de planificación orientadas a facilitar una armonización de las estrategias y acciones innovadoras en energía y urbanismo. Primero detectando problemas y situaciones específicas que condicionan cualquier avance, también señalando algunas limitaciones, no como reducción de expectativas sino como condicionantes reales de cualquier intervención innovadora. Desde el principio se han aunado dos ideas.
En primer lugar, el impulso de la biomasa como fuente de energía, en una región excepcionalmente dotada de bosques y campos de cultivo. Castilla y León es un territorio donde las energías renovables consolidadas, como la hidráulica y la eólica, o por consolidar, como la solar y la biomasa, tienen una potencialidad extraordinaria. A la relevancia de todo ello se le añade el papel de la región como sumidero de CO2, gracias a sus amplias áreas forestales y terrenos de monte, donde se intuyen otras funciones si se comienza a impulsar la economía circular a gran escala. La recuperación posible del medio rural (lo “Smart rural”) y la puesta en valor de las pequeñas ciudades como refugios sostenibles solo necesitan de una economía creativa que se beneficie de los bienes comunes, siendo el primero el propio territorio.
En segundo lugar, se fomentan los sistemas de calefacción de distrito en las ciudades medias, asociados a una mejor gestión de la demanda, con desarrollo de nuevas tecnologías y una evidente mejora de la eficiencia energética, a veces acompañada de la rehabilitación de las edificaciones. No hay que olvidar que en España se han fomentado y se siguen fomentando los sistemas de calefacción individual con soporte en el gas o en el gasóleo, algo que caracteriza y acompaña la insolvencia de un modelo de desarrollo urbano fragmentado y sin perfiles cualitativos.
Ir en otra dirección no es sencillo, esta publicación da cuenta de ello. Hemos de aprender a pensar las cuestiones relacionadas con la energía y con el urbanismo desde la lógica del interés colectivo. Estamos hablando de bienes públicos cuya defensa y correcta comprensión son clave para construir el bien común, aspirando a un futuro común y a un espacio común compartido.
Juan Luis de las Rivas Sanz
Profesor Titular de Urbanística y Ordenación del Territorio en la Universidad de Valladolid
Director de INTENSSS-PA Castilla y León por parte del Instituto Universitario de Urbanística de la Universidad de Valladolid
European Union’s Horizon 2020 research and innovation programme
Grant Agreement: 696982
INTENSSS-PA Castilla y León / Socios y equipos de trabajo
Junta de Castilla y León – Consejería de Fomento y Medio Ambiente
Dirección: Ángel María Marinero Peral – Director General de Vivienda, Arquitectura y Urbanismo
Coordinación: Sergio Cantero Celada
Asistencia técnica: Gregorio Vázquez Justel (PLANZ Planeamiento Urbanístico SLP)
Universidad de Valladolid – Instituto Universitario de Urbanística
Dirección: Juan Luis de las Rivas Sanz
Coordinación: Miguel Fernández Maroto
El proyecto INTENSSS-PA en Castilla y León: una experiencia de planificación energética y espacial sostenible e integrada
Edición y textos: Sergio Cantero Celada y Miguel Fernández Maroto
INTENSSS-PA Castilla y León, 2018
ISBN: 978-84-09-02104-8
Depósito Legal: VA 394-2018
156 páginas
21 x 21 cm
Encuadernación rústica
Ilustraciones en color
Castellano
Avda. Salamanca, 18 47014 · VALLADOLID (España) +34 983 184332 iuu@institutourbanistica.com