Terminamos esta pequeña serie de verano de “Ideas para Valladolid” con una última propuesta relativa al sistema de parques y corredores verdes planteado por las Directrices de Ordenación Territorial de Valladolid y Entorno.
El sistema de parques y de corredores verde para el “área urbana” de Valladolid
Las Directrices de Ordenación Territorial son el instrumento que la Ley de Ordenación del Territorio de Castilla y León tiene para abordar la escala supramunicipal, aplicables en ámbitos subregionales. Las DOTVaEnt, aprobadas en 2001, sirven a 23 municipios y 980 km2, con una población estimada de casi 410.000 habitantes, asociadas al área urbana de Valladolid, un espacio metropolitano en formación. A lo largo del proceso de su definición, el paisaje ha sido el argumento central para orientar toda la planificación, por ello las directrices proponen un proyecto paisajístico concreto de amplio alcance: su esqueleto sería este proyecto subregional de parques y corredores verdes, aprovechando las estructuras paisajísticas existentes.
Como bien se explicita en el capítulo 2 del documento aprobado: «los corredores verdes son rutas o recorridos relacionados con la naturaleza y destinados al deporte, al paseo o a la contemplación del entorno, al disfrute del paisaje y de la riqueza cultural». A su vez el documento entiende que la «Red de Corredores Verdes se forma a partir de un conjunto de vías pecuarias, caminos rurales y sendas de los canales y acequias», todos ellos en conexión con los núcleos de población y articulando el Sistema Subregional de Parques, de forma que se logre constituir entre todos una amplia estructura de ocio fundado en el disfrute de la naturaleza, capaz de crear cohesión territorial y sentido de pertenencia, a la vez que se configura una estricta conservación de los paisajes más valiosos. La consolidación de una estructura física continua percibida y usada como tal, encauzará más fácilmente estos objetivos de alcance, entendidos no sólo como fines lúdicos, al tiempo que podrá favorecer un mejor conocimiento y gestión de los recursos, por parte de usuarios y de gestores, tanto dentro como fuera de la red.
Se trata de una apuesta bien fundamentada para un territorio específico que busca dentro de sí los valores, entendidos como recursos, y por tratar de avanzar en él en la concreción espacial de las acciones que materialicen poco a poco la red.
Así, las DOTVaEnt insisten en especificar que la formación de los corredores verdes se realizará «mediante la recuperación y puesta en valor de [ese] complejo y denso sistema de vías pecuarias, caminos rurales y sendas de los canales y acequias», todos elementos existentes en el ámbito de las Directrices. Y que, a partir de ese material, además «se elaborará un manual de diseño de los mismos, ya que el diseño es un factor importante para la coherencia y la calidad global de la red, donde la seguridad y la señalización homogénea, las secciones viarias etc., pueden enriquecer y asegurar sus objetivos».
Introducción
Las intervenciones que a modo de ejemplo se indican a continuación, son simplemente un punto de partida para ir concretando dicho diseño y señalización sobre los elementos que configuran la red de corredores verdes. Son intervenciones mínimas que sencillamente aprovechan y realzan la capacidad de un paisaje a descubrir.
Intervención 1: Las cuestas
El eje de intervención en cuestas se ubica en la parte final del itinerario creado por la Cañada de Puente Duero y un tramo del Camino del Páramo Morales, ruta que por otra parte deja conectados los núcleos de Arroyo y Simanacas.
La idea es posibilitar un área de descanso, donde la elección de su ubicación valore el fácil acceso a fuentes naturales, a zonas soleadas y penumbras así como el disfrute de vistas hacia el valle.
Cuestas aterrazadas
En este caso en concreto se aprovecha un pequeño claro en pendiente del pinar para crear una serie de terrazas con vistas hacia Simancas.
Intervención 2: Los pinares
En este caso nos fijamos en la gran mancha periurbana que conforma el Pinar de Antequera. El itinerario en el que se inserta la intervención principal, lo constituiría la Cañada Real que atraviesa desde el sur de Valladolid en dirección Puente Duero para proseguir después hacia el este, a Laguna de Duero.
La actuación consistiría en crear una serie de refugios apoyados en los puntos en los que actualmente hay fuentes para favorecer el descanso y la estancia en el pinar durante periodos de tiempo más prolongados. También se facilitaría el acceso desde estos lugares a otros itinerarios transversales de menor jerarquía.
Intervención 3: Los páramos
El atractivo paisajístico principal de los páramos probablemente sea el despliegue de amplias extensiones visuales, capaces de trasladarnos a su mundo ajeno al urbano. Aprovechar este potencial y hacerlo real en los puntos más óptimos para ello sería la vocación princpial del tercer tipo de intervenciones.
A modo de ejemplo presentamos el se sitúa a lo largo del itinerario que une Valladolid con Simancas a través del Páramo del Perdigón, que en parte implica a la Cañada Leonesa.
Los caminos que conforman esta ruta a menudo discurren por el páramo acercándose a sus bordes y ofreciendo excelentes vistas de los valles que los rodean. En muchos de ellos hay puntos difíciles de recorrer por su mal estado. Aparecen zonas embarradas y encharcadas debido al diferente tipo de tierra y al deterioro provocado por el paso de vehículos y maquinaria pesada destinada a la labor agrícola.
La actuación básica que se presenta consistiría en la separación de las zonas más afectadas. Entre otros mecanismos se podría acudir a la utilización de las piedras que ya existen en los mismos páramos y que no hacen sino dificultar la actividad agrícola.
Adecuación de las vías
Por otra parte, aprovechando el valor casi onírico de esa independencia aparente entre páramo y ciudad, se plantea la posibilidad de instalar pequeños observatorios para aficionados a la astronomía.
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