Conversaciones sobre Regeneración Urbana en Ávila

Mañana viernes 10 de marzo, a las 17h00, tendrán lugar en la sede del Colegio Oficial de Arquitectos de Ávila las “Conversaciones sobre Regeneración Urbana en Ávila: estrategia, metodología e instrumentos”, en las que Juan Luis de las Rivas Sanz, Enrique Rodrigo González y Mónica Martínez Sierra explicarán diferentes contenidos de la Estrategia de Regeneración Urbana en Castilla y León (ERUCyL).

El programa de ponencias es el siguiente:

17h00-17h40: La Estrategia de Regeneración Urbana en Castilla y León – ERUCyL (Juan Luis de las Rivas Sanz)

17h40-18h20: La planificación espacial con SIG, su aplicación en la ERUCyL (Enrique Rodrigo González)

18h20-18h40: Descanso-Café

18h40-19h20: Ávila en la ERUCyL: los Conjuntos Residenciales Homogéneos y Ficha de Ávila (Mónica Martínez Sierra)

19h20-20h00: Mesa redonda participativa

Os adjuntamos finalmente el cartel de la jornada, a la que os animamos a asistir.

 

 

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3 comentarios
  1. Alfonso Álvarez Mora Dice:

    Cada vez que me pongo de frente al concepto “Regeneración Urbana”, siento la necesidad de aclarar lo que, bajo mi punto de vista encierran, o no dejan ver, sus verdaderas inteciones. Parto de la idea, excasamente compartida en la actualidad, que las acciones, prácticas, y comportamietos humanos, tienen una “componente de clase”. Los que la niegan ya la están afirmando con su negativa. Esto es lo que, también, se le niega, o se le usurpa, al concepto Regeneración Urbana, haciéndonolo asumir como si fuera un concepto universal, y no como una categoría que, necesariamente, se encuadra en un contexto de clase.

    Estamos hablando, por tanto, de la universalidad asumida de un término, Regeneración Urbana, que se acepta, casi, unánimemente. Situación parecida a la que asiste al campo de la Sostenibilidad. ¿Por qué esta aceptación?.
    PORQUE SE PRESENTA DESCLASADO, COMO SI AFECTASE A TODOS POR IGUAL

    La Regeneración Urbana se constituye como un nueva estrategia del capital inmobiliario-financiero, estrategia ya apuntada, antaño, por las viejas prácticas de la Rehabilitación y la Renovación Urbanas.

    La Regeneración Urbana la entendemos como una práctica muy próxima a aquella otra que se identifica con la Renovación Urbana, a lo que Martín Anderson definía, allá por el año 1964, como “The Federal Bulldozer”.

    Lo específico de la Regeneración Urbana es que el sesgo “cultural” aparente, con el que envuelve sus operaciones, oculta, a duras penas, la violencia contenida que despliega contra la ciudad central.

    Cultura que se identifica con la “conservación de las apariencias”, de las “fachadas”, como vestigios de un patrimonio al que se aniquila, y cuyo origen, y nexo, más inmediato lo encontramos en las herencias que recalan de las “rehabilitaciones” físico-formales, constatación y expresión del desfalco social producido.

    La Regeneración Urbana, por tanto, como operación tendente a dotar a la ciudad de nuevos contenidos de clase que, al tomar posesión de un lugar, reinvierten sus valores colectivos heredados para construir exclusivos ámbitos de privilegio.

    La nueva ciudad está en marcha, alzándose la Regeneración Urbana como su “modelo” de referencia, mecanismo de transformación territorial que, asumiendo lo existente como punto de partida, despliega un proceso de expulsión social que vacía de contenidos a los espacios patrimoniales heredados para reivindicarlos, una vez aniquilados como “espacios sociales”, en su nueva condición como “espacios de renta”

    Pero, ¿no ha sido este el denominador común del proceso de construcción histórico de la ciudad?: Encuentros contradictorios entre “permanencias sociales” y “reconquistas espaciales de clase”?.

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  2. José Antonio N Dice:

    Es interesante el núcleo la reflexión que aportas, pero creo que habría que complementarla con otros aspectos. La Regeneración Urbana ha sufrido un proceso de apropiación, uno más, por parte de la ideología hegemónica, que trata de convertir en posibilidades de mercancía todo tipo de objetos y prácticas; para ello no duda en utilizar estrategias de diferente naturaleza, sobre todo en el campo simbólico (y el lenguaje es uno de los más potentes). Se apropia de conceptos que nacieron con otro sentido, lo vacían de su significado original (y casi siempre críticamente construido) y lo acaban resignificando desde sus intereses económicos y sus ansias de control social, cultural y político.

    La Regeneración Urbana tiene, o más bien tenía, un sentido, pero estaba fundamentado en unas condiciones sociales, culturales y políticas concretas, que pasaban por la información, la participación social, el debate profesional en el establecimiento de objetivos, etc., aspectos que ahora están limitados o directamente aparcados. Estamos hablando de los años 80 del siglo pasado, y ejemplos interesantes y fecundos los hay, por ejemplo el de Santiago de Compostela. A la gentrificación extensiva a la que aludes no se enfrentó un contrarrelato del urbanismo crítico de entonces, pues abandonó herramientas teóricas imprescindibles para comprender lo que empezó a crecer a mediados de los 90: la obsesión por la estetización, la banalización del debate cantidad vs calidad, el deslumbramiento por la posmodernidad trasladada a la arquitectura de la ciudad, etc., y como elemento coadyuvante fundamental, la sacralización de los discursos que algunos arquitectos estrellas hacían del “nuevo urbanismo” (otra vez el lenguaje).

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  3. José Antonio N Dice:

    Quiero aclarar que la sacralización de algunos discursos a los que me refiero tuvieron un gran influencia, pues estaban construidos desde una perspectiva tecnocrática que no desvelaba el tipo de relaciones y estructura social que se estaba construyendo, evitando la crítica al desarrollismo o a la reducción de los espacios sociales, entre otros aspectos.

    Además,estos discursos urbanos tecnocráticos, sustentados por ciertos profesionales que se movían con desparpajo por los pasillos de las instituciones, funcionaron como dispositivos legitimadores.

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