Castilla y León se extiende sobre 93.898 Km2 del espacio interior del cuarto Noroeste de la Península Ibérica, con una población de poco más de 2,5 millones de habitantes. Si la densidad media de población española es de 82,9 Hab./km2, la de Castilla y León es de 26,6 Hab./Km2 -el 6’6% de la población española en el 18’76% de su territorio. La propia Ley de Ordenación del Territorio de Castilla y León partía, en 1998 y en su exposición de motivos, del reconocimiento de sus “singularidades territoriales”: su gran extensión, la fragmentación administrativa municipal, su debilidad demográfica y un sistema urbano poco estructurado… Son factores señalados sistemáticamente en estudios de diversa naturaleza y que han moldeado una valoración negativa del territorio regional, al concentrar el diagnóstico en algo que, sin embargo, podríamos interpretar como “condiciones de partida”.
Cabe destacar sintéticamente dos ideas:
- Algunos espacios de Castilla y León han consolidado su condición de despoblados.
- Hoy la población no se concentra sólo en “las ciudades”, sino también en sus entornos (el alfoz). Castilla y León, a pesar de ser una región poco poblada, participa así del fenómeno de urbanización dispersa o ciudad extensa.
Sin embargo, el análisis del sistema urbano regional tiende a ser abordado descriptivamente, apoyándose en variables demográficas y económicas, interesa el contraste entre los 15 centros urbanos mayores de 20.000 habitantes, las ciudades. Es en sus entornos donde el cambio es más perceptible. Además hay lugares donde el escenario transformador es más preciso, donde es posible perfilar sus factores, son las situaciones de condiciones extremas. En nuestro caso:
- Los despoblados más intensos y amplios.
- Las ciudades más dinámicas con procesos de metropolización emergentes.
- Los territorios donde la estabilidad relativa de un poblamiento tradicional está sometido a grandes tensiones de urbanización.
Son estas las tres situaciones que aborda este trabajo investigación, a través de tres casos que las representan:
- los “pueblos perdidos” de Castilla y León, ¿cuáles son los despoblados más frágiles?;
- Valladolid y entorno, el espacio urbano mayor de la región y el único en el que se puede aventurar con claridad un fenómeno metropolitano;
- y Segovia-La Granja, un territorio con valiosos recursos naturales y culturales sometido a las tensiones que genera la metrópolis madrileña.
Del estudio de estos casos y desde investigaciones desarrolladas con intereses diversos pero convergentes, indagamos en los patrones territoriales a la vez que barajamos los recursos de los que hoy dispone la planificación espacial.