La Administración Regional en colaboración con el Ayuntamiento de Salamanca, plantean elaborar el Plan de Gestión de la CIUDAD VIEJA DE SALAMANCA, siguiendo las Directrices operativas para la aplicación de la Convención de Patrimonio Mundial. El convenio plantea de partida una estructura de contenidos para el Plan en cuatro apartados temáticos básicos: la protección, la gestión, el estudio de amenazas sobre el bien y la evaluación del propio Plan.La propuesta presentada como Candidatura a la inscripción en la Lista de Patrimonio Mundial, habla del ámbito de la Ciudad Vieja, refiriendo literalmente a los tres grandes conjuntos arquitectónicos y urbanos, con sus entornos, que constituyen la Plaza Mayor, la Clerecía, colegios e iglesias adyacentes, las Catedrales y San Esteban y finalmente la Universidad, con sus Estudios, hospitales y colegios adscritos.
Entre los objetivos se propone la profundización en el conocimiento del BIC Conjunto Histórico, evaluando las tendencias en los procesos de transformación urbana del C.H., lo que supondrá analizar detalladamente los componentes de su vitalidad funcional, de la movilidad, de la localización de usos e interacciones.
El análisis comprensivo y profundo de los valores y características propias del bien, debería utilizar el concepto de paisaje, como síntesis perceptiva de los valores protegibles, incluyendo criterios de evaluación en relación con las vistas lejanas de la ciudad antigua, con los espacios de oportunidad de las riberas del Tormes o con las percepciones del paisaje urbano interior del conjunto histórico.
El Plan de Gestión se concibe como un documento marco de coordinación que asuma las determinaciones de otros planes e instrumentos de ordenación vigentes, como el PGOU, del PECH, y el Plan Espacial para las riberas del Tormes. Se debe constituir en el marco estratégico de todas las acciones previstas sobre el espacio de la ciudad histórica, y que se propongan, formulando nuevas acciones. La componente propositiva se completará con la definición de un modelo de seguimiento y actualización del propio instrumento del P.G. a través de unos indicadores clave.
También puede definir mecanismos para orientar la difusión pública y avanzar criterios y alternativas para la dotación de una oficina de gestión del Plan.