Las nuevas ideas que se están elaborando acerca del papel que debe cumplir la ciudad en nuestra sociedad actual, refiriéndonos, sobre todo, a la ciudad europea, en parte a la ciudad americana, están adoptando actitudes muy implicadas con la expresión, espacialmente hablando, de específicos aspectos propagandísticos con los que se proponen mostrar, vía proyecto arquitectónico, las posibilidades económicas de los nuevos espacios urbanos así definidos. Se entiende, en este sentido, que la economía, que puede desarrollarse en el marco de un espacio urbano concreto, se realiza en la medida en que dicho marco es atrayente, y ello tanto desde el punto de vista de su calidad formal proyectada, como desde aquella que reúne, en el marco espacial así proyectado, un medioambiente adecuado, condiciones para la producción cultural, posibilidades de promoción humana, calidad de vida…etc.
Se está pensando, por tanto, en un marco espacial en el que primen condiciones muy específicas de clase para que sea capaz de reclamar la nueva actividad económica impulsada por el ambiente que la acoge. La definición cualitativa de la ciudad, o mejor dicho, la imagen que debe presentar cara al exterior, se constituye, en este sentido, como uno de los objetivos más claros en los que está empeñada, en estos momentos la Planificación Urbanística.
Pero se trata de una Planificación Urbanística que hace del “Proyecto de la Competitividad Urbana” uno de sus objetivos fundamentales. Cada vez se están obviando más, como objetivos de dicha planificación, aquellos que tengan que ver con la equidad del espacio urbano, considerado en su conjunto, y más con la cualificación de determinados ámbitos espaciales, no distribuidos por igual en el conjunto de la ciudad, ámbitos de los que sólo determinados grupos sociales están a disposición de usar y disfrutar.
Además, la propuesta, vía proyecto, de estos ámbitos espaciales de cualidad, sólo están afectando a ciudades concretas, a aquellas que han tenido la oportunidad, o el apoyo político necesario, para ingresar en el club de las elegidas, para liderar algún tipo de acontecimiento político, cultural, productivo…etc. De esta forma, las llamadas Ventajas Urbanas, implicadas en estos Proyectos de Cualidad, hacen competitivas a unas ciudades y marginan, de este contexto, al resto.
Éste fue el objetivo que nos reunió a una serie de investigadores, profesores y profesionales del Urbanismo, durante los días 15 y 16 de Octubre de 1999, para reflexionar en torno al tema “Ventajas Urbanas y Competitividad entre Ciudades”, reflexiones que se plantearon en función de una serie de ponencias presentadas por los autores que aparecen en esta publicación.
El Instituto Universitario de Urbanística desea, de esta forma, incorporarse al debate reseñado, apostando, en última instancia, por la revisión de los principios más rigurosos que han conformado la práctica de la Planificación Urbanística en el último siglo. Ni que decir tiene que se trata de aquella práctica que ha entendido la ciudad, y el territorio, como entidades geográficas de las que debe requerirse, a la hora de proceder a su “ordenación urbanística”, su consideración de ámbitos espaciales donde se desarrollen los principios básicos de la libertad y la democracia, obviando todos aquellos que potencian la desigualdad y la marginación.