Se conciben las Directrices Complementarias como una Agenda del Territorio. La Agenda debe ser un documento establezca las cuestiones centrales del debate y de la acción territorial durante los próximos años. Su función debe ser actuar como la “hoja de ruta” para la transformación positiva del territorio regional. La Agenda define objetivos, plantea estrategias, establece prioridades, identifica proyectos y líneas de acción y permite relacionar eficazmente los aspectos territoriales.La Agenda del Territorio debe incorporar tres aspectos fundamentales para convertirse en un instrumento eficaz de gestión del cambio territorial:
- Una perspectiva estratégica que explicita los objetivos territoriales, las líneas de acción principales y el modelo territorial resultante como una visión del escenario futuro que se quiere lograr. Esta visión expresa lo que se desea conseguir y permite dirigir el futuro, por ello es proactiva y sin miedo a provocar cambios. La relación de objetivos permite identificar las cuestiones prioritarias, determinar las cuestiones más importantes para el desarrollo territorial con una perspectiva a largo plazo (pero revisable y evaluado de forma continua). Esta es una aportación esencial para promover el desarrollo de partenariados y posibilitar la participación.
- Un conjunto de programas y proyectos estratégicos que concretan espacialmente las propuestas planteando transformaciones efectivas del territorio.
- Los instrumentos y procesos para desarrollar y ejecutar estas propuestas.
Los contenidos giran en torno a tres elementos fundamentales, cuestiones clave que se detectan como más importantes para el futuro del territorio y que constituirían los capítulos básicos de las Directrices:
- La cohesión y articulación interna de la región y su inserción en la escala global.
- La sostenibilidad como elemento de referencia y base de cualquier estrategia de desarrollo, calidad de vida y atractivo del territorio.
- La configuración del territorio como un componente básico de competitividad y, en particular, de crecimiento de la economía creativa basada en la formación, fijación y atracción de talento.