Hace cosa de un mes vimos en la web del “The atlantic cities” un artículo interesante, de Jennie Xie (Twitter: @canonind ), titulado “Mapping Where People Run”. El texto cuenta de la experiencia desarrollada por Nathan Yau en el laboratorio FlowingData, en la mapificación de las rutas de la gente que sale a correr y lleva el ejemplo de muchas grandes ciudades americanas (y alguna europea).
En este caso se trata ha tratado de superponer las trazas registradas por aquellas apps para smarthpone que utilizan los aficionados al deporte. Como destaca la periodista, estas elaboraciones no quieren representan lo que hacen todos los corredores de la ciudad (se trata de una parte, aunque cada vez más heterogénea y numerosa) pero sí que ofrecen informaciones útiles sobre los espacios urbanos. Así se observa que son los espacios verdes y con agua los que atraen la mayoría de los deportistas amateur en las ciudades.
Esto ha sido un ejercicio interesante en el que, gracias a la experiencia desarrollada en el taller del IUU sobre cartografía, hemos podido repetir el trabajo, aportando alguna idea más. Todo ello se suma y sirve en nuestro trabajo de acercamiento a una forma nueva y más precisa de descripción y estudio de la ciudad y de su estructura urbana. En principio, para diferenciarnos un poco del trabajo anterior, hemos recolectado datos de gente corriendo, andando, saliendo con la bici y con los patines. Se trata de un trabajo interesante porque nos ha contado cosas de cómo la gente sale para hacer deporte, pero a la vez de como la gente ve la ciudad y se mueve en ella. Sin embargo los primeros resultados nos han llevado a alguna consideración interesante. Como es previsible, las distintas aficiones de los deportistas marcan formas de enfrentarse a la actividad y esto se refleja en sus recorridos. Sigue apareciendo cierto vínculo entre los recorridos y el sistema de los espacios libres públicos, aunque en este caso específico -quizá por la inaccesibilidad del cauce del río- priman más otros tipos de espacios. A pesar de esto, la primera conclusión de este estudio es que en una ciudad donde todavía se reconoce cierta compacidad y rodeada de espacios naturales (cuestas y espacios agrarios valiosos), la gente prefiere practicar deporte dentro del perímetro urbano y sobre todo en el área de la primera corona de la ciudad. Se trata de barrios de los ’60 y ’70 o de áreas de nueva urbanización donde, por muchas razones distintas, el sistema de los espacios libres públicos no parece, a una primera análisis, capaz de atraer a tanta gente.
A pesar de esto, el tejido urbano de traza funcionalista de la Avenida Salamanca, y de los barrios “Huerta del rey” y “Villa del prado”, en el lado del río opuesto al CH , acoge el mayor número de rutas, y destacan frente al conjunto de todos los otros. Es decir este eje, a pesar de la importancia que tiene para el tráfico rodado de la ciudad (se trata del antiguo trazado de la E-80) es también el espacio más utilizado por otros tipos de usuarios, aunque a primera vista no parece tan atractivo para los deportistas. Junto a esto, aparece de una forma clara el papel de los puentes (aunque no todos de la misma forma) como espacio de reconexión entre los dos lados del rio. Además de los espacios más atractivos, se nota como hay espacios urbanos importantes como Paseo Zorrilla, que no acogen ningún tipo de práctica deportiva.
Seguiremos informado sobre los resultados del estudio y sus posibles aplicaciones (la relación con los futuros proyectos urbanos, comparativas con otras ciudades de la CCAA y una visión más enfocada al área metropolitana) aunque ya desde estos primeros resultados, parecen destacar que en este caso “Valladolid is (a little) different”.