Debates urbanos 03. ¿Transporte público en Valladolid? Un debate sin tópicos
En relación a la propuesta de unas líneas de tranvía en Valladolid del pasado martes, recuperamos hoy un texto al respecto escrito por Juan Luis de las Rivas.
Hace ya algún tiempo escribí dos artículos titulados “El bus funciona” (Norte de Castilla, 10 de Mayo de 1999) y “El tranvía ¿puede esperar?” (ABC Valladolid, 23 de Junio de 2002), destacando las mejoras realizadas en el sistema urbano de transporte público e insistiendo en la necesidad de un proyecto de ciudad estructurador y de futuro para Valladolid. Son temas vivos y que, en la medida en que la realidad urbana es dinámica, no envejecen porque no existen soluciones definitivas. Por ello las reflexiones y los argumentos deben evolucionar. Valladolid estaba entonces en un contexto diferente, de reinversión en un sistema de transporte público fundado en autobuses, ya consolidado en la ciudad, pero necesitado de un impulso modernizador destinado tanto a mejorar su eficiencia como a crear mayor atractivo. Impulsar el uso del transporte público en las ciudades exige un esfuerzo de credibilidad: los ciudadanos deben utilizarlo con convencimiento. Desde entonces el servicio de autobuses urbanos ha mejorado mucho y ha ganado muchos usuarios.
Sin embargo, el impulso de renovación y mejora de los sistemas de transporte público en las ciudades no puede detenerse y debe ser alimentado con una competente visión de futuro de la ciudad, no sólo de su funcionamiento actual. Contamos ya con una amplia experiencia, en Europa y en España, de introducción de diferentes tipos de tranvía y de “metros ligeros” en ciudades medias, del despliegue de plataformas reservadas, de estrategias tarifarias, etc. Valladolid tiene ante sí un ambicioso proyecto de renovación interior asociado al soterramiento de las vías de ferrocarril, con el desarrollo del nuevo intercambiador intermodal de transporte, en torno a la futura nueva estación ferroviaria, y el desplazamiento de diversas instalaciones ferroviarias –Talleres, Redalsa, mercancías, etc. El equipo liderado por Richard Rogers ha propuesto una ordenación estructurada en torno a una espina dorsal verde denominada “Corredor Sostenible Equipado”. Del soterramiento de las vías surge la oportunidad de un corredor lineal apto para el desarrollo de un sistema de transporte público innovador. La estructura urbana de Valladolid se caracteriza tanto por lo denso e “impenetrable” del espacio histórico central como por el paralelismo de algunas vías estructurantes de gran capacidad: El Paseo Zorrilla –su continuidad con el de Isabel la Católica–, la Avenida de Salamanca y dicho nuevo “Corredor”. Sin duda el río Pisuerga, convidado de piedra en muchos de los proyectos para Valladolid, es el generador y el alma de esta estructura en haz, atrapada entre las Rondas y atada por las desiguales calles vinculadas a los accesos urbanos y a los puentes. La reflexión sobre el transporte debe ser la reflexión sobre los espacios urbanos servidos, sus densidades actuales o futuras, sus centralidades… Estamos ante un tema de gran atractivo e interés. La necesaria revisión del obsoleto Plan General de Ordenación Urbana de Valladolid vigente debe incorporar una lectura amplia e integradora del transporte urbano –el reciente nº 86 de la revista “Ingeniería y Territorio”, dedicado a la “Movilidad Urbana” ofrece una reflexión certera del tema– que sea capaz de hacer la ciudad más vivible y de generar una ambiciosa mejora –sostenible– del ambiente urbano. Es imprescindible abrir el debate, plantear ideas, evitar los tópicos, discutir con responsabilidad, encarar el futuro…
Juan Luis de las Rivas Sanz
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