XXX aniversario del IUU (1991-2021) – Luis Santos y Ganges

Fui obrero del ferrocarril durante más de veinte años (en el fondo sigo siendo ferroviario) y soy trabajador de la enseñanza y la investigación universitarias también desde hace más de veinte años. Me siento un trabajador con conciencia de clase, tengo un elevado sentido del deber y aprecio muchísimo el compañerismo, que he encontrado y he fomentado, trabando incluso unos lazos ciertos de fraternidad. Tener amigos en el trabajo es toda una suerte y hay que celebrarla.

Llegué a la Universidad y al Instituto de Urbanística al mismo tiempo, de la mano de Juan Luis de las Rivas Sanz, primero como colaborador externo en 1994 y luego, en 1999, como profesor asociado, y desde entonces siempre he referenciado mis actividades como miembro del Instituto, porque he creído en la iniciativa y porque he sido bien recibido y he trabajado a gusto. Mi gratitud a Juan Luis, que además dirigió mi tesis doctoral, es muy sentida además de obligada.

Como secretario académico del Instituto en los dos últimos mandatos de Alfonso Álvarez Mora como director conocí mucho mejor los entresijos de la gestión universitaria. Y, tras el excelente periodo de María Castrillo Romón como directora y Javier Pérez Gil como secretario, en diciembre de 2020 fui elegido director por mayoría absoluta y unánime, lo que ha supuesto para mí un gran soporte anímico para dar continuidad a tan buena labor, con Miguel Fernández Maroto como secretario académico, cuya excelencia es por todos conocida.

Somos uno de los institutos de investigación más antiguos de la Universidad de Valladolid, un instituto pequeño, pero relativamente bien avenido, que sabe trabajar unido, rebajando siempre la discrepancia y el interés individual en favor del colectivo. Ahora mismo sumamos cerca de una treintena de miembros, pero sobre todo somos una agrupación de investigadores que sabe trabajar como tal, que tiene miembros colaboradores y asociados, así como enlaces y contactos en red por España y otros países cercanos. Además, la apuesta por la multidisciplinariedad ha sido una característica clave del instituto: hemos abierto la urbanística a los estudios urbanos, por lo que no debe ser ni mucho menos es solo cosa de los profesores de urbanismo de la Escuela de Arquitectura, sino de todos aquellos preocupados por lo urbano y territorial, por la planificación espacial y por el papel social y ambiental de la actividad urbanística. De ahí que sus miembros seamos, entre otros, arquitectos, geógrafos, historiadores, economistas e ingenieros.

Durante mucho tiempo nos centramos en los trabajos para la Administración Pública, fundamentalmente asesorías para elaborar planeamiento territorial y urbanístico. Recuerdo muy bien, por ejemplo, las Directrices de Ordenación Territorial de Valladolid, Segovia, Palencia, Zamora y Castilla y León. Sin embargo, en los últimos tiempos hemos decidido centrarnos más en los proyectos de investigación financiados, que nos han dado bastante trabajo y muchas satisfacciones, en especial los proyectos europeos. Desarrollamos en su día un programa propio de doctorado y un título de especialista universitario en Urbanística y Ordenación del Territorio. Pero dadas las dificultades de todo tipo para llevar a cabo programas de doctorado o de máster, y aunque no descartamos volver a lanzar algún curso de especialista universitario, nos hemos puesto manos a la obra, desde 2016, a organizar seminarios de formación continua, sobre todo los apoyados por la Fundación Entretantos. Además, el IUU tiene una apreciable labor de divulgación y edición en la que creemos decididamente. Por un lado, tenemos una revista científica anual, Ciudades, que ya va por el número 25 y está indexada tras una dura travesía. Y por otro lado, editamos obras monográficas de interés y disponemos de la serie Dossier-Ciudades como medio de difusión de nuestros estudios, la cual ya va por el número 6.

Tengo que decirlo, no por engreimiento sino por el orgullo del reconocimiento ajeno: recientemente hemos recibido dos premios del Consejo Social de la Universidad de Valladolid, que agradecemos muchísimo: en 2017, el premio al mejor Proyecto de Innovación Docente “Innovación y transversalidad: aplicación del aprendizaje colaborativo al patrimonio arquitectónico y el urbanismo en Castilla y León”, y en 2020 el premio de investigación. Ambos premios son, qué duda cabe, un gran estímulo para seguir trabajando.

En definitiva, aun tratándose de un instituto pequeño y modesto, que es algo que siempre hay que recalcar, y aun cuando no trabajamos para la iniciativa privada, lo que limita muchísimo las posibilidades presupuestarias, pienso que somos un grupo y un núcleo de valor, y como tal nos valoran desde fuera.

Luis Santos y Ganges, director del IUU.

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