Ciudades 25: “Caminos hacia una ciudad más sana” – Convocatoria abierta/Call for papers (últimos días)
Ciudades 25 (2022) dedicará su sección monográfica, coordinada por Juan Luis de las Rivas Sanz, al tema “Caminos hacia una ciudad más sana”. El plazo de recepción de contribuciones tanto para la sección monográfica como para las secciones miscelánea y final permanecerá abierto hasta el 30 de septiembre de 2021. En la sección Normas Editoriales/Editorial Guidelines podéis consultar las directrices para la elaboración y envío de las propuestas de artículos.
LLAMADA A LA RECEPCIÓN DE ARTÍCULOS PARA LA REVISTA CIUDADES EN TODAS SUS SECCIONES (MONOGRÁFICA, MISCELÁNEA Y SECCIÓN FINAL), HASTA EL 30 DE SEPTIEMBRE DE 2021
Ciudades 25 (2022): “Caminos hacia una ciudad más sana”
En la pasada primavera, la situación de confinamiento derivada de la pandemia generada por el coronavirus SARS-CoV-2 y el proceso de desescalada por fases para el retorno a la “nueva normalidad” afectó de manera evidente a la vida en las ciudades, lo que ha generado reflexiones diversas sobre cómo gestionar asuntos tan relevantes como la movilidad y el transporte público, el uso de los espacios urbanos y de los edificios públicos, etc. De la inquietante contemplación de ciudades vacías se pasó a la extrañeza ante la afluencia simultánea e intensa en calles, paseos y parques, repletos de gente en determinados momentos del día.
Más allá de todo ello y del debate a corto plazo, y estando todavía inmersos en una situación inquietante cuyo futuro ignoramos, parece oportuno plantearse los efectos de todo lo que está sucediendo en las ciudades a medio y largo plazo, preguntarse si estamos ante un suceso disruptivo que determinará cambios, profundos o no, en los espacios urbanos y en sus dinámicas. Desde hace ya unos años, el urbanismo ha comenzado a reflexionar sobre la habitabilidad de las ciudades, en una evolución del paradigma sostenible marcada por dos focos: la resiliencia de las ciudades ante situaciones de riesgo o desastre y su potencial como generadoras de bienestar, incorporando en ello una amplia visión de la salud urbana. Sin embargo, el eco del higienismo decimonónico, determinante en la construcción del urbanismo moderno, reaparece con la pandemia y pone en primer plano la cuestión de la ciudad sana, de sus condiciones estructurales, de forma, función y gobierno.
Plantear este tema para el número 25 de la revista Ciudades, cuya publicación está prevista en 2022, tiene la ventaja de la perspectiva que dará el tiempo, confiando en que la tragedia en la que hoy vivimos inmersos se haya podido superar, a la vez que se haya avanzado en la reflexión y en el análisis objetivo: ¿qué puede aprender el urbanismo de la experiencia sufrida?, ¿qué medidas hay que tomar con urgencia para promover un ecosistema urbano más responsable con la salud de sus ciudadanos, pero también con el medio, en el corto y el largo plazo?, ¿se van a modificar los estilos de vida, la movilidad y el uso del territorio, los espacios de la vivienda, del trabajo y del ocio?, ¿queda afectado el concepto de calidad de vida que promueve hoy el consenso disciplinar?, ¿es posible buscar una alianza entre ciudad y naturaleza más convincente y efectiva, menos retórica? ¿es suficiente el enfoque medioambiental actual sobre lo urbano? ¿factores como el de la eficiencia energética están hiperdimensionados, no hay acaso un problema de metabolismo (físico y social) y de diseño urbano previos?, ¿qué reflexión surge en torno a la administración de la densidad urbana y el diseño de los espacios públicos?, ¿cabe una respuesta científica y tecnológica que minimice las necesidades de cambio en los modelos de urbanización?, ¿a quién sirven las nuevas tecnologías desplegadas en las ciudades?.
Estas son sólo algunas de las preguntas que surgen en torno a una realidad, la salud, que se transforma tanto en acontecimiento como en asunto estratégico, que se vislumbra como un acelerador del cambio y que va a provocar tanto un amplio debate como un incremento del saber urbanístico. Profundizar, desde la perspectiva histórica, en la relación entre urbanismo y salud sería el primer paso para comprender lo que la propia disciplina ya sabe y lo que se puede hacer en este nuevo contexto de incertidumbre. También lo es incidir en reflexiones que amplían la discusión sobre la sostenibilidad y la resiliencia urbanas y penetran en temas complejos, como las relaciones entre tiempo y ciudad, replanteando los patrones de uso del espacio (“La ville du quart d’heure”, etc.); o en la estructura física que soporta cada modo de transporte y su integración, en la priorización del peatón, y, en general, en una mayor atención a la escala humana de lo urbano y a la calidad de la ciudad como hábitat, siempre desde estrategias integradas que buscan su regeneración inclusiva y sistemática. En todo ello debe participar la revista Ciudades.
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